sábado, 22 de septiembre de 2007

¡QUÉ VIDA!

¡QUÉ VIDA!

“ ‘Febo asoma / ya sus rayos / iluminan el...’ ¡Qué Febo, ni Febo! ¡Con el calor que hace y todavía debemos marchar al compás de la Marcha de San Lorenzo! ¿Quién habrá sido este San Lorenzo para que tengamos que hacerle tantos honores? Me parece que de santo no tiene nada, porque si así fuera, nos debería salvar de este calvario. Son las dos de la tarde y ni siquiera hemos comido. Me estoy deshidratando. ¿Qué se habrán creído éstos? Nos tienen al trote: por la mañana, adiestramiento, como si fuéramos perros; luego, salir al monte a hacer maniobras, cuerpo a tierra, arrastrándonos sobre los codos, pasando por espinas, pantanos y piedras. Lo único que falta es que nos tiren una bomba en medio de la formación y salgamos disparados por el aire. Alguien me contó que algunos soldados quedan sin una pierna, otros sin cabeza, otros sin un brazo, o pierden en la batalla el arma que salvaría su pequeña existencia. Ah! Y pensar que siempre he soñado con ser soldado para defender a la patria! Y ahora aquí estoy, vestido de verde, escondido entre unos matorrales gigantes; espero que cuando termine la batalla me encuentren. Y por si algo faltaba, hay que aguantar las órdenes de estos grandes señores, con voces fuertes y gritos que asustan a cualquier hora...
Por la ubicación del sol, deben ser ya la cinco o seis de la tarde... He perdido la noción del tiempo... Estoy boca arriba, tirado entre grandes pastizales, todo embarrado... No escucho nada y el aire fresco del atardecer se hace sentir sobre mi maltratado cuerpo. Casi no puedo moverme; mejor espero la orden del superior a cargo...”

¡Chicos! ¡A comer! ¡Guarden todos los juguetes antes de que se haga de noche! ¡Después lloran porque no encuentran los soldaditos!

1 comentario:

Mecha Novillo dijo...

EXCELENTE, Gloria. Creo que estos textos cortos, sorpresivos, son los que más pueden ser apreciados por los lectores de blog.
No sé si te lo he dicho antes, en otro comentario; en todo caso no lo estoy copiando, lo repito porque es lo que pienso.
Yo también me voy a inclinar, en lo posible, por lo breve.