jueves, 4 de septiembre de 2008

SABES

SABES…

Sabes, hoy desperté con el deseo de decirte que te quiero. No sé qué lo motivó, si la mañana soleada y tranquila, el silencio de la casa o tu lado, tibio aún, de la cama.
Sabes, hoy desperté con ganas de decirte que te extraño, mas no sé por qué, si estás junto a mí en todos los momentos.
Sabes, hoy desperté y necesité sentir tu cuerpo a mi lado, acariciar tu pelo, pero el hueco de tu almohada me dijo que ya no estabas.
Sabes, hoy desperté y pensé en ti.
Sabes que sé, y bien que sé, que cada mañana al despedirte, dejas la señal de tu amor en mi frente y el perfume de tu mano en mi mejilla.

Sabes, hoy sentí tu beso y tu aroma, y te pensé y te extrañé en la tibieza de la cama, en el hueco de tu almohada, en la soleada mañana silenciosa y tranquila, cómplices cotidianos de nuestro andar.
Sabes, ansío tu regreso para decirte que te quiero.



Gloria Brandán
16 de abril de 2008.

1 comentario:

Mecha Novillo dijo...

Me emocioné al escuchar su lectura en el Taller, y ahora, al leerlo en silencio, me emociona mucho más.
Este texto llega al corazón.