lunes, 26 de octubre de 2009

AL BAR "LOS CABEZONES"

Señor Director del diario El Liberal:

Desde Córdoba, al Bar “Los Cabezones”:
En Santiago del Estero, a menos de una cuadra de la plaza Libertad, se encuentra el tradicional bar llamado “Los Cabezones". Este bar, o boliche para los más allegados, es un punto de reunión de amigos, poetas, escritores, escultores, pintores y cuanto artista pase y quiera debatir o mostrar su arte. Allí se dan talleres de danzas folclóricas, conferencias, cine-debate, promocionados por la Secretaría de Cultura de la Nación, llamados “Café Cultura”… Lo que en sus inicios fuera una quimera, se convirtió en realidad. Una realidad que duró 25 culturales años. Una quimera soñada y hecha realidad por nuestros entrañables amigos Ari y Ramón Paz.
Al llegar a Santiago desde nuestra Córdoba natal, el boliche es un imán que nos atrapa. Cruzar su umbral es sentirnos en Santiago. Allí esperamos a nuestros amigos que llegan de a uno, lento, sin apuro, con su andar bien santiagueño no contaminado por las urgencias de las grandes ciudades: Mito Gramajo, Miguel Simón, Luis Corbalán, Juan de Dios Navarrete, el “Mono” Agüero… por nombrar algunos nomás. Durante el día, es un bar común, donde se reúnen los amigos para compartir el café del mediodía…Durante las noches de los viernes y sábados, se transforma en un ámbito en el cual puede suceder lo más inesperado... Este fin de semana anterior asistimos al cierre oficial del viernes, y a la despedida final, íntima, del sábado. Sí, así es. El Bar Los Cabezones se cerró definitivamente. No solamente cerró sus puertas; en este momento, ya está siendo demolido. En aras del progreso, allí será construida una galería techada con locales comerciales. Claro, el lugar es neurálgico: está a metros de la plaza Libertad, en el mismo micro centro de la pujante capital de Santiago del Estero. Una vez más la cultura, la expresión artística, la voz del pueblo, deben hacerse a un lado, retirarse, apartarse, dejando lugar a las luces que ciegan, a los ruidos que ensordecen.Por eso, con gran emoción, es nuestro deber de amigos y admiradores de las tradiciones santiagueñas, desde nuestra Córdoba natal, y como un merecido homenaje, hacer llegar por este medio, nuestro sentir colmado de emoción.
Nos queda el recuerdo, el grato recuerdo, de haber conocido, formado parte y de ser testigos de uno de los lugares más típicos y emblemáticos de la tradicional Santiago. Allí aprendimos cultura, arte, folclore; pero por sobre todas las cosas, aprendimos a cultivar el arte de la amistad, la reunión y la charla con un amigo, café de por medio.Ha sido un fin de semana distinto en Santiago del Estero. Nos queda en nuestros corazones, la imagen de los ojos de nuestros amigos mirando las paredes, los cuadros, las carbonillas en ellas estampadas, las vigas del techo, cada uno de los rincones, como queriendo llevarse en las retinas, un trozo del ya extrañado bar “Los Cabezones”.Se ha perdido para siempre un referente de la cultura, el arte, el libre pensamiento y la tradición. Se ha perdido para siempre un pequeño escenario dispuesto a recibir a grandes folcloristas de todos los tiempos, de ayer, de hoy y los del mañana… Se ha perdido para siempre el mismo escenario donde alguna vez compartimos los sonidos de guitarras, bombos y voces del sentir santiagueño.La emoción nos embarga; que no callen los ecos de aquellas guitarras, de aquellos bombos ni de aquellas voces; que sigan sonando dentro de nuestro pecho.
“Los Cabezones”: tu corazón sigue latiendo.

Manuel Molina (DNI 8.358.668)
Gloria Brandán de Molina (DNI 11.974.718)
Córdoba – 7 de Marzo de 2008.-

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